16 septiembre, 2010

adelante jóvenes

sorprendida, porque cuando tantos deciden, es precisamente eso, una decisión. De partir. Y re-partir. Desde todos los frentes. Y se va subrayando la decisión. Y seguimos; con la mirada puesta en que está creciendo, tiene que crecer y va, a crecer. Una decisión de bancar, de pedir, de hacer, de creer y así, ir creando, creciendo, peleando, avanzando. Y la situación cambia, porque se dice, se palpa, se ve en el ambiente, se muestra. Atraviesa barrios, universidades, escuelas, clases, charlas con la cajera del súper de acá al lado, peleas con taxistas. Cosas que vienen de hace tanto y de cuántos rincones hasta no hace mucho solitarios, que hoy son un frente, identificados, encontrados, discutiendo desde un nosotros, en la calle, gritándole una, sola, agrogarca a buzzi cuando bajó del auto por cochabamba, en la cara y seguir caminando. Se llena el luna park en un rato, y el barrio, las calles, la plaza, se mezclan jóvenes remeras banderas. Hay alegría, dedos en ve, cantos, bombos, gritos. Llegan colectivos, se llena de provincias la calle, a un costado Entre Ríos, más allá Corrientes, San Juan, Santa fe, de minas, de pibes, que no conozco, que nunca vi, pero están contentos, como yo, sumandos a canciones parecidas. Los vecinos miran, pasan ejecutivos de su oficina al banco, y estamos ahí, en la calle que caminan todos los días, cada uno multiplicado en miles. Los kioscos se llenan de zapatillas, de botas, que vienen caminando una misma razón. Las edades se mezclaban y bailaban un malambo para el pro, por ejemplo, que hace poco hizo un congreso para jóvenes, con una consigna de formación técnica para una nación grande, y se llamaba Pensar. Nos le cagamos de risa en la cara. Dos chicas preparaban a los apurones en la puerta de una empresa treinta sándwiches para comer dos cada uno, porque nos habían echado de un edificio, y quedamos en esa vereda que debe ser tan chiquita desde los treinta pisos del edificio de enfrente y el de al lado, y el de al lado de ése –no deja de llamarme la atención lo cerca y lejos que viven los porteños entre sí, visualmente-. Pero aunque amagaban no se venían abajo, ni los balcones ni los carteles, y nosotras podíamos entonces estar entre migas y alegría, bajando rápido una calle que parecía una cortada y de otro país, con botellas de agua y sándwiches preparados para atravesar la plaza y ver tantos que habían llegado y encontrar a los nuestros que nos esperaban con hambre y alegría. Todo el día fue así, si no sonreíamos al que teníamos al lado, que devolvía la misma sonrisa encendida, es porque estábamos sonriendo con el que unos metros más atrás también sonreía. O porque estábamos serios, con la garganta a punto de explotar, cantando con pasión, enardecidos en un canto que no era sólo nuestro, somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de perón y de evita, a pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos, no nos han vencido. Con fuerza, firmes, llegando de tantos lugares mezclados y de uno sólo. Yendo a bancar al proyecto nacional, somos los pibes de nestor, para la liberación. Mezclado pasado presente futuro provincias. Canciones que estan hechas de historia y de historias, de generaciones de hombres de mujeres de papás de abuelos de tíos de hermanos de primos, de decisiones de convicciones de sueños de derechos de causas de cambios. De tiempo. Sentía y entendía el ánimo que me estaba trayendo mientras nos veía ayer, dispersos cuando terminó, mezclándonos en la puerta, entre murga y emociones, encontrando un carrito que vendía cervezas, subiéndonos a colectivos distintos, volviendo a nuestros lugares. Y el ánimo es útil. Me siento como parte de algo más grande que lo que venía imaginando. Y en un contexto con tantas libertades como dijo cristina. Lo que quiere decir varias cosas. Algo así como, ver en términos históricos a dónde vamos con las libertades que tenemos y que vamos a seguir conquistando. y cómo las usamos, cómo las aprovechamos, qué les pedimos. No olvidarnos en ningún momento del día a dónde estamos yendo, con ese estadio, que los que pudimos ir captamos con los ojos asombrados ilusionados, y los que no, se contagiarán con las reproducciones y lo que venga por hacer. Tan conectados y decididos a ocupar espacios. Repartiendo volantes que se agarran con alegría y se intercambian y se piden, dame más del tuyo, y le dan a otros. Flameando banderas, encontrando rostros que se re-encuentran, con emoción. Llama el betta y mi alegría le relata lo que estaba viviendo desde hacía once horas, eran las cinco de la tarde, casi ni había dormido, lo escucho y entre medio hay bombos música ruido alegría, no resumo como ahora y le quiero contar todo en unos minutos, rebalsa. Todo es movilizante. En el colectivo de ida, entre pormenores de cosas que van pasando en los diferentes frentes del movimiento, discutimos sobre palabras que para mati hay que dejar de usar, puto, y para mí había que llenar de otro contenido.  Adentro del estadio le gritamos a axel y su marido, que vieron a ese puto que había discutido, de veintipico, alto, de dos metros, con una enana de pelo corto y entre abrazos nos dijeron que rosario fue muy importante para que todo eso fuera posible. Se mezclaban muchas cosas. Están mezcladas. Somos esa mezcla. Una chica bloguera contándonos sobre un concurso de blogs y premios para blogueros, con alegría. Las sillas de adelante esperaban con cartelitos a abuelas, a Florencia peña, a las madres, a boudou, cuando según los carteles la fiesta no había empezado. Todavía faltaba que hablara cristina, que viniera nestor. Hasta que en la pantalla del celular del compañero que tenía al lado aparecía, estalla el luna, impresionante. Sonreí por eso. Y pensé en la negra, que estaría en el departamento, y me pareció que no tenía que perderse lo que era todo eso. Y la llamé y le dije, prendé la tele o fijate que burgues asustado tiene un link para seguirlo en directo. Me escribió que estaba viendo el mismo video que había visto yo. Salieron lágrimas cuando apareció el último nieto a recuperar por nosotros, por ver el rostro de todo lo que tenemos por delante, serio, concreto, cada vez más claro, más cerca, con más alegría. Que necesita determinación, manos, cabezas, convicción, unidad en la pluralidad. Una pluralidad muy heterogénea, hija de décadas distintas y al interior de la década del año de la ciudad de la familia, las diferencias. Pero también hija de éste tiempo que recoge lo que viene de todo eso, -y más-, y ahí, una nena de cuatro con una calcomanía en la remera, la nación acá también crece, en los hombros de la mamá, al lado de unos chicos de catorce en adelante, y de los más viejos que veían a la juventud como si fuera un guiñe de ojo casi seguro, y sonreían  a multitudes en uno, a recuerdos, o a vernos aparecer y el guiñe de ojos le dice que la cosa dura, sigue, está, va, quiere. Y qué hacemos, lo mismo que veníamos haciendo, y más. Con Cristina potenciamos el aliento, los saltos, nuestras voces, con emoción, con convicción, con alegría de lo que escuchábamos. Y nestor mostrando la misma emoción, con el canca cerca, abal medina, las madres y abuelas, juan, los eternautas en el escenario, en las miradas con cristina que vienen siendo en tantos paisajes desde su juventud a esta parte, y que decía, cómo no los voy a querer si veo a tantos que ya no están ni van a estar. Nos lo decía a nosotros, los testigos de este tiempo, los que elegimos continuar una pelea que viene de hace mucho y vamos a seguir dando, sin cansancio. Los que vamos des-cubriendo a la par, la historia ninguneada, tapada, negociada. Cómo responderle al betta si cristina o nestor, cuando sentimos que son los dos, y nosotros, el acto. Cuando cantamos pingüino corazón acá tenes los pibes para la liberación, cristina corazón acá tenes los pibes para la liberación. Saltamos porque no somos de clarín. Porque somos tantos y organizados. Por eso podemos juntarnos tan heterogéneos en una misma causa. Cantándole al che, bailando el himno. Desde dónde trae cada uno su fuerza, a la misma historia. No tengo cámara para llevarme tantas partes de vidas. Varias cámaras se llevaron la remera de Martín fierro, mientras estaba de espalda, venimos a combatir alegremente, con alguna combinación extra de ojos que desconozco. Es toda una novedad que no esté sacando fotos, sino tendría alrededor de doscientas por lo menos. Le pedimos a un compañero del movimiento santafesino por la justicia social que nos sacara algunas. Miré tantas veces alrededor y era impresionante. Todos lo sentían así. Hay alegría en el video que también tuvo bronca, pero nos reímos cuando un papá dice a la hija; yo soy tu papá y te digo que, y el otro interviene; yo también soy tu papá y que digo que. Y en medio de todo aquello suenan las voces, se viaja a buenos aires, se vuelve a seguir con el día a día. Cómo no vamos a estar alegres. Si somos lo que se está reconociendo, des-velando, lo que crece, lo que va por más. También sorprendidos de que en el congreso de san juan haya habido uniformes de escuela, y en el acto todas las edades. Viéndonos, en otros, y a ellos en uno y a los que faltan sumarse. Escuchando al negro gimenez gritar mientras salía de saltar de adentro de una canción con otros compañeros, que raro un Bettanin haciendo quilombo. Con una bandera. Y un abrazo, mío, de él, de mi viejo, de tantos Bettanin que están tan cerca. Un abrazo al encuentro, al cruce que es hoy, y que nos hace abrazarnos así, ahí. Cada día se reparte un poco más la baraja que algunos se encargaron de robarse. Pablo y Pedro dijeron los que la han marcado y se llevan siempre la mejor parte. Nosotros decimos, ya basta. Y con alegría. Decididos. Mezclados. Unidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Cumpa!! Pudiste transmitir con palabras todo lo que sentimos en ese momento más de uno estoy segura, muchísimos. Siga escribiendo compañera, que las palabras cargadas de sentido como las de usted, aportan para seguir construyendo una (nuestra) fuerza que este a la altura del proyecto y del país que soñamos. Un abrazo enorme y una vez más, Hasta la Victoria Siempre!!

Flor Dalla Fontana dijo...

que grande compañera.. un abrazo gigante